lunes, 21 de junio de 2010

¿EXISTE EL PROTOCOLO EN INTERNET?


El protocolo está presente en casi todas las situaciones de nuestra vida. Sin darnos cuenta muchas de nuestras actuaciones siguen unas reglas, normas, protocolos, que ordenan, organizan y facilitan las relaciones y el entendimiento entre las personas.
Igual que en nuestra vida cotidiana en Internet, también hay una serie de reglas que facilitan la comunicación entre los internautas, una serie de pautas de educación que se basan en el respeto, facilitando la interactuación de los que navegan en la red.
El protocolo y las normas que se practican en el ciberespacio, recibe el nombre de netetiqueta. Tener buenos modales también supone saber convivir en la red.
Cuando se navega por Internet, es imprescindible conocer que al escribir un e-mail, es necesario identificarse como se haría es una carta normal o por ejemplo también es importante saber actuar ante conversaciones en un chat. Este tipo de circunstancias, se han convertido en reglas de “etiqueta” para el buen funcionamiento de este mundo de navegación.
Internet se ha convertido en un gran portal de comunicación, en el que se reúnen una gran cantidad de personas, de diversa procedencia, gustos, aficiones…por ello es imprescindible tener educación en la red.
A la hora de escribir un correo electrónico, es necesario poner correctamente el remitente del mensaje, de esta manera se evitarán los mensajes anónimos que son una molestia y suponen un problema en el momento de responder, pues se desconoce cómo hacerlo y a quién dirigirlo.
Un e-mail debe escribirse como si se tratarse de una carta normal. Debe incorporar una cabecera en la que el emisor se presenta, saluda e inicia el asunto del mensaje.
Además, debe ir acompañado de un cuerpo en el que se desarrollará el tema del correo, y por último una despedida en la que de deberá incluir una firma.
En muchas ocasiones, se adjuntan archivos a los correos, en estos casos, es importante que estos documentos no sean muy pesados, pues podrían bloquear o ralentizar el ordenador del que lo recibe.
Todo correo electrónico que esté correctamente escrito, debe ir acompañado de un asunto, que permita al receptor identificar o hacerse una idea rápida del tema del e-mail. Se ahorrará tiempo y facilitará la clasificación de los mensajes, evitando posibles confusiones.
Existen en el ciberespacio numerosos mensajes en cadena, práctica que se debe evitar a toda costa, puesto que en muchas ocasiones suponen una molestia.
Otra regla importante, es el buen uso de las mayúsculas y las minúsculas. En el lenguaje de la red, los mensajes que se escriben en mayúscula son como si se estuviese gritando al que recibe el texto. Así que se considera una gran falta de educación.
En definitiva, el protocolo se encuentra en muchos ámbitos de la realidad, Internet es un claro ejemplo de cómo la educación y una serie de reglas son asumidas por toda la comunidad de internautas.
Si alguna vez se tiene dudas de cómo actuar, pues es muy complicado conocer todas las normas de actuación en Internet, el sentido común nos ayudará, “no hacer aquello que no nos gustaría que nos hiciesen”.

Patricia Félez Menéndez

LA SONRISA, LA MEJOR MEDICINA


En la séptima planta del hospital madrileño de La Paz se encuentra la unidad pediátrica de transplantes. Hasta ahí acuden cada jueves los “Doctores Sonrisa”. Éstos forman parte de la Fundación Theodora. ¿Su misión? Aliviar el sufrimiento de los niños hospitalizados a través de la risa.
Es el fin con el que nació la fundación cuando se creó en 1993 por los hermanos Jan y André Poulie en memoria de su madre. Ambos hermanos recuerdan como toda la familia se unió alrededor de Theodora, cuando le diagnosticaron un cáncer. Y decidieron seguir el protocolo de la alegría que necesita una persona que intenta superar una enfermedad de este calibre, por ello, decidieron dar vida a los “Doctores Sonrisa”.
A España llegaron en el 2000, después de pasar por diversos países alrededor del mundo, y ya trabaja en 20 hospitales repartidos por distintos puntos de la geografía española.
Un mundo de ilusión se abre cuando los “Doctores Sonrisa” llegan a un hospital. Entonces los goteros se convierten en sed de alegría y las inyecciones son cosquillas de vida. Su presencia es terapéutica y ellos lo saben puesto que “numerosos estudios coinciden en el valor de la risa, puesto que incide en todo el cuerpo, en el sistema muscular, inmunitario, endocrino o digestivo, provocando evidentes mejoras físicas al relajar el cuerpo, oxigenar los pulmones y fortalecer el corazón”.
Los artistas de la Fundación Theodora son seleccionados cuidadosamente. A lo largo de su trayectoria reciben cursos de comportamiento frente a situaciones delicadas sobre todo enfocadas a psicología Infantil.
Sus batas de colores, sus zapatos del 52 y unas recetas en las que sólo se leen sonrisas provocan en los pequeños una mirada única, una forma de ver el mundo con ojos de ilusión y un esbozo de optimismo ante el futuro.
El Dr. Flips visita semanalmente distintos centros y afirma que al ponerse la nariz vive sólo para una cosa; hacer olvidar a los niños hospitalizados su enfermedad.
Los padres de Laura, una niña de 6 años ingresada en el hospital Virgen de las Nieves de Granada, recuerdan cómo eran las tardes de los martes cuando Laura estaba ingresada: “Será difícil que mi hija olvide cuando la Dra. Sapofrita acudía a la habitación para hacerle olvidar, a través de su alegría y risas, que se encontraba en el hospital y que tenía una enfermedad importante.”
Los niños son el futuro y sus sonrisas la melodía de su alma.
A través de un protocolo de actuación guiado por la sonrisa e inspirado por la alegría de vivir, el personal de la Fundación Theodora se encarga de que estos pequeños sean optimistas y vean su recuperación como una realidad y no como una utopía.

Jara Sanvicente Betés

martes, 19 de enero de 2010

La repercusión del protocolo en la televisión


¿Se carecen de buenas formas en la sociedad actual? ¿Es por la falta de buenas maneras en diversas situaciones por lo que la gente demanda saber su uso?
Desde su origen como normas tradicionales que ayudan a tener una jerarquización de tiempo, espacio y personas, el protocolo intenta que las buenas maneras y costumbres estén presentes en el día a día de cada individuo. En la actualidad, el panorama social ha cambiado y todo esto parece estar muy olvidado.
Atendiendo a esta demanda el programa “Buenos días Madrid”, conducido por Begoña Tormo y Jota Abril, de Telemadrid, se ha hecho eco de esta pérdida de buenas maneras y cada martes Carmen Thous, profesora de la Universidad Francisco de Vitoria, con un lenguaje claro, conciso y sencillo, interviene en una sección exclusivamente dedicada al protocolo, tocando todas las ramas de este pero aplicándolo a situaciones cercanas, de la vida cotidiana, que son familiares para todo el público.
En esta intervención semanal, Carmen con la colaboración de los presentadores, analizan la actualidad desde el punto de vista del protocolo, cómo saber comportarse de manera correcta y adecuada en cada circunstancia, mejorar la imagen y facilitar las relaciones con los demás.
La repercusión superó todas las expectativas establecidas, llegando a copar esta parte del programa un 20% de share a nivel nacional.
Tras el rotundo éxito, siguieron innovando...
La primicia se presentó este pasado verano de 2009 cuando se dio un cursillo íntegramente de protocolo, la novedad es que se impartía desde la sección del programa, es decir, eran clases televisadas y los telespectadores se apuntaban vía Internet , al final de este, se les hacía un examen que enviaban por correo a la cadena y sólo si aprobaban dicha prueba se les daba un título que certificaba el apto en el seminario.
Una idea revolucionaria que ha tenido una gran y éxito gracias a la forma de impartir las clases y por la temática tratada, que hacía referencia a la necesidad de recuperar las buenas costumbres y maneras, que hacían, hacen y harán quedar como señores tanto a lo anfitriones como a los invitados.

lunes, 18 de enero de 2010

La visita de Bush al Vaticano


El verano del año pasado el, por entonces presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, fue recibido por el Papa en la ciudad del Vaticano.
La visita se caracterizó, entre otras cosas, por la constante ruptura del protocolo.
Su Santidad, el Papa Benedicto XVI, no recibió al presidente en su estudio privado, como es normal, si no que le concedió el honor de recibirle en los jardines del Vaticano.
Además visitaron una de las torres medievales restauradas, contemplaron desde una terraza las 44 hectáreas, los edificios, los muros y la basílica de San Pedro que constituyen la ciudad del Vaticano, y por supuesto visitaron la Capilla Sixtina.
Toda esta visita constituye una ruptura con el protocolo habitual.
Sin embargo, si debemos destacar un grave error en la ruptura del protocolo de esta visita, no podemos obviar el momento de la recepción, cuando delante de cientos de fotógrafos y periodistas el por entonces presidente de los Estados Unidos dijo: “Estoy muy contento de estar con usted Señor”
Bush se confundió y llamó “Señor” al Papa y no “Su Santidad” como establecen los tratamientos.
Una portavoz de la Casa Blanca dijo que habían “establecido una buena relación”.

En 2006 se celebró, en el salón de fiestas del Grand Hotel de Oslo, una cena de gala por el Premio Nobel de la Paz Mohamad Yunus. Sin embargo no fue él quien acaparó todo el interés de los invitados.
La estadounidense, Sharon Stone, llamó la atención de los asistentes cuando rompió el protocolo. La actriz fue la última en llegar a la cena, para sorpresa de todos se unió a la cena diez minutos más tarde que los invitados reales.
De acuerdo con las reglas protocolarias que se siguen en todo el mundo, Harald V de Noruega y su esposa Sonia, deberían haber sido los últimos en ocupar sus asientos.
Un portavoz de la Casa Real, Carl Erik Grimstad, declaró que: “Hay que tener una muy buena explicación para llegar después de Sus Altezas Reales”

“Se trató de una mutua y espontánea muestra de cariño y aprecio entre la reina y Michelle Obama”.
Así definió una portavoz de palacio para The Times el abrazo de la primera dama a la reina Isabel II.
Este “incidente protocolario” tuvo lugar el pasado abril en la recepción que se dio lugar en el Palacio de Buckingham antes de la cumbre del G20.
Aunque el protocolo es muy estricto y establece que no se puede tocar a la reina, el palacio se mostró más que relajado tras el incidente.
Una actuación sorprendente, después de que en 1992 el abrazo del por entonces primer ministro australiano, Paul Keating, desencadenara un conflicto diplomático.

Alejandra Martínez