lunes, 2 de marzo de 2009

Movilízate

Todos hablamos por el móvil pero, ¿ alguien sabe realmente hacerlo bien? Con una penetración del 108%, en nuestro país todos tenemos móvil y algunos más de uno. El teléfono móvil se ha convertido en una herramienta de comunicación indispensable en el trabajo, con los amigos, con la familia... este polivalente aparato está más cerca de nosotros que cualquier otro.
La proliferación de la comunicación vía sms, ha hecho que paulatinamente las palabras se acorten y las frases dejen de tener corrección semántica alguna. Me atrevo a preguntar ¿ Cuántos de nosotros hemos tenido que releer varias veces un mensaje por no poder entender el contenido del mismo?. Si seguimos avanzando un poco más en nuevas tecnologías nos daremos cuenta de que el “lenguaje sms”, se ha trasladado incluso a los correos electrónicos. En ese aspecto y sin caer en dogmatismos, quiero romper una lanza por nuestro idioma y defender el español como lengua valiosa y rica que debemos proteger.
Así pues, ¿ cómo se escribe un sms ? Lo primero que debemos mencionar es que jamás se mandan mensajes a nuestros superiores o compañeros de trabajo, a ellos se les llama o se les envía un correo electrónico. En el caso de que sea un familiar o un amigo a quien nos dirigimos hay que tener muy presente la edad de nuestro interlocutor. Como consejo os diré que aquellos que superen la barrera de los 40 años no son muy dados a eliminar letras o utilizar otras menos comunes como la ka o la equis. Cuidado: es preferible pagar un poco más y enviar dos mensajes, que ahorrar 8 céntimos y no poder comunicar nada.
No sólo se debe cuidar el lenguaje escrito. ¿Cuántos de nosotros hemos tenido que sufrir las conversaciones en “dolby surround” de la persona sentada a nuestro lado? ¡ Cuidado con dónde y cómo usamos el móvil ! Si estamos realizando un viaje en tren o en autobús y no tenemos más remedio que usar el teléfono, debemos acortar la conversación lo máximo posible y procurar no alzar el tono de voz. Nuestro compañero de viaje no tiene interés alguno en saber a cuánto se venden las acciones de Endesa en la bolsa o si le hemos dejado al “niño” espinacas en la nevera. Evidentemente, hay ocasiones en las que no podemos evitar hablar durante un periodo más largo de tiempo, en cuyo caso se debe pedir permiso previo o bien unas disculpas al finalizar la conversación.
En el ámbito laboral, el móvil es una herramienta más de trabajo que otorga todo tipo de información en tiempo real sobre todo los de última generación, que permiten recibir correos electrónicos. No podemos confundir el poder estar constantemente comunicados con el estarlo de facto. Quiero decir con esto que en ocasiones, no nos queda más remedio que silenciar el teléfono e ignorarlo. Es una gran falta de respeto interrumpir a la persona/s con la que estamos y ponernos a hablar por el móvil. Como todo en el protocolo, nuestra arma más feroz es el sentido común. Habrá que ponderar muy acertadamente si la llamada tiene que ser atendida o puede esperar.
Siguiendo con la línea de las llamadas desatendidas, diremos que nuestra mejor herramienta será el contestador. Recomiendo activar este servicio para que la persona que nos llama pueda identificarse correctamente y dejar su mensaje. Todas las llamadas deberán ser respondidas en el mismo día. Una llamada sin contestar puede ser un cliente menos o una oportunidad de oro que se aleja sin remedio.
Como habréis podido constatar, incluso algo tan banal como hablar por el móvil precisa de un mínimo protocolo. ¿Quién dijo que modernidad y protocolo son incompatibles?
Por Cristina Hernández.-

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