miércoles, 4 de marzo de 2009

Con la corbata al cuello

La corbata es, sin duda alguna, el signo de elegancia por excelencia. A pesar de que ciertas corrientes de moda, e incluso algunos diseñadores han intentado restarle protagonismo un traje sin corbata sigue viéndose incompleto y todo ropero de caballero que se precie, cuenta con un amplio surtido de este complemento.

Fue en el seno del ejército croata, donde surgió este elemento. En pleno s.XVII, los soldados se protegían la garganta con pañuelos de colores atados al cuello que además cumplían una curiosa superstición: protegían de la palabra de los grandes oradores romanos. Durante una visita al rey Luis XIV de Francia, el monarca, muy aficionado al buen vestir, copió dichos pañuelos para el uniforme de su regimiento y les denominó cravattes, que proviene del término francés para denominar croatas. Pronto el uso de la corbata se extendió por el resto de Europa y se fue convirtiendo en un signo de las clases sociales más acomodadas.

Corbata, traje y camisa, fueron evolucionando paralelamente, logrando poco a poco el equilibrio que ahora, sólo en conjunto pueden conseguir. Gracias a la corbata se destaca la verticalidad del cuerpo otorgando elegancia, estilo y un toque de color a la austera camisa, cuyo uso, de esta manera, se realza. Además al igual que muchas otras prendas de vestir, la corbata es parte de nuestra carta de presentación. Algunos sociólogos, como Alan Flusser, incluso hablan de que el color, el estampado, el tejido y el nudo, dicen mucho de la personalidad de aquel que la lleva.

Cada ocasión merece una corbata concreta. Aunque la reina indudablemente es la de seda, existen de todo tipo de tejidos y estampados, por lo que hay que tener especial cuidado a la hora de conjuntarla con la camisa. Cuando ésta es estampada, la corbata debe ser lisa y viceversa. A la hora de elegir la camisa, sobre todo en actos especialmente importantes, es conveniente intentar que no tenga botones al cuello ya que es mucho más elegante y correcto. Evidentemente los nudos de la corbata deben estar apretados y sujetos al cuello, procurando siempre que quede a la vista el botón superior, que por supuesto, también irá abrochado. También merece de atención realizar el nudo correcto que será directamente proporcional al tamaño del cuello de la camisa. Por supuesto, es necesario especial cuidado para que la corbata no sobrepase la cintura del pantalón, y para que la parte más estrecha de la misma, no se vea en ningún momento.

Son pequeños toques de elegancia, que sin costar ningún esfuerzo otorgan estilo a la prenda, cumpliendo así con su función originaria.
Por María Reyes.-

1 comentario:

  1. Durante el calendario escolar curso 2016-2017 lo más recomendable es llevar una imagen aseada y agradable, por supuesto la imagen cuenta mucho y la corbata juega un papel fundamental en esto

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