miércoles, 18 de marzo de 2009

Chiquitos pero matones. Protocolo Infantil.

Son muchos los eruditos del mundo de la literatura, las artes o las ciencias que se han pronunciado respecto a la maravillosa experiencia de ser padres. Con el fin de daros a entender desde el principio el punto de vista que va a tener el artículo, he seleccionado algunas:
- Stendhal : “Un hijo es un acreedor dado por la naturaleza”
- Friedrich Nietzsche : “ Mucho tienen que hacer los padres para compensar el hecho de tener hijos”
- Michael Levine : “ Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo que tener un piano no lo convierte a uno en pianista”
- Johann Wolfgang von Goethe : “ Podrían engendrarse hijos educados si lo estuvieran los padres”

Como os habréis podido imaginar, este artículo pretende (humildemente) dar algunas pautas de conducta a los padres con el fin de que no se produzcan situaciones incómodas con sus hijos en lugares públicos. Os pregunto: ¿ Cuántos de nosotros hemos tenido que presenciar llantinas, gritos o correteos en un restaurante?. ¿ Cuántos niños han decidido subirse al altar en plena boda? ¿¡ Soy yo la única que ha llegado a ver a niños, cual “Kamikazes”, montados en triciclos dentro de Centros Comerciales!?. ¿ Nunca habéis sido testigos de una rabieta con patadas voladoras incluidas ?. Sabemos que es duro poner límites a una carita sonrosada de ojos risueños. Sabemos que existen corrientes pedagógicas que defienden que el niño debe expresarse libremente y descargar su energía. Pero, ¿ es necesario que casualmente siempre descargue su potencial ímpetu en lugares públicos?

Actitud:
La actitud de los padres siempre debe ser proactiva. Hay que adelantarse a las intenciones del niño. Son demasiados los padres que, en plena comida, tienen que salir corriendo a rescatar a su cachorro, el cual hace rato que se ha metido en un lío. Otros padres en cambio emplean la táctica del grito ( es decir, molesta el niño y molestan los padres). Os pongo en situación,
Fase 1: El niño comienza a alejarse, los padres, que conversan animadamente en la mesa, gritan: ¡Moncho, ven aquí!.
Fase 2 : El niño, como niño que es, sigue su particular aventura por la zona, acercándose a la gente, mirando su plato y los clientes incómodos le preguntan : ¿ y tu mamá?.
Fase 3 : Los padres elevan el tono de voz: ¡ Moncho!, ¡ Haz el favor!. El niño decide que los gritos de sus padres, suman puntos al nivel de peligrosidad e intriga.
Fase 4 : Después de 20 minutos molestando a los comensales, la mamá se levanta, corre cual elefanta enfadada, recupera a Moncho y le da un cachete.
¿ No habría que darle un cachete a ella por desprendida?

Conversaciones :
Los niños son incapaces de distinguir entre lo políticamente correcto y lo incorrecto. Precisamente por esto se expresan en voz alta en situaciones en las que se debe guardar silencio ( bodas, misas etc.) y a gritos en otras en las que se debe mantener un tono bajo ( restaurantes o tienda). Es deber de los padres, enseñarles cuándo y cómo hablar, cuándo y cómo expresarse y cuándo y cómo deben opinar. Es más, hay muchos adultos que una vez han visto a los hijos de los amigos (o sobrinitos) interpretar la canción aprendida esa semana en el colegio, no desean escuchar todo el repertorio. Es cierto que suena cruel pero pregunto de nuevo: ¿ Cuántos de nosotros hemos escuchado durante horas las aventuras escolares de los más pequeños, sus canciones, sus asignaturas favoritas, sus chistes...?. ¿ Culpa de los niños? . No. Culpa de los padres que no son conscientes de que su hijo no es un mono de feria.
Normas básicas de educación:
La situación más cotidiana y por la que debe empezar la disciplina es la mesa. Independientemente de normas como son el empleo de los cubiertos, masticar con la boca cerrada y no jugar con la comida, existen otras que se nos suelen olvidar y que son vitales para instaurar un rutina correcta. La primera es la higiene, los niños no deben sentarse a la mesa sin haberse lavado las manos, con ropa sucia. La segunda es el tono de voz, si lo controlan en casa lo harán fuera de ella y en tercer lugar, la LGP ( Ley del Gracias y el Por Favor). No se exigen las cosas, se piden con educación. Desde muy niños deben saber que no siempre tendrán todo lo que deseen y eso pasa por no sucumbir a las rabietas ( por agresivas, vergonzosas y sonoras que sean).

Llamamiento a los padres:
Apliquemos, no sólo con nuestros hijos, sino con todos los que puedan estar alrededor, la ya manida pero útil fórmula RES y la innovadora Ley de los 5 metros.
RESPECTO : ¿ Está faltando mi hijo el respeto a alguien ? ¿ lo estoy haciendo por ende, yo?
EDUCACIÓN: ¿ Está siendo mi hijo educado? ¿ Ha incumplido algo de lo enseñado en casa?
SENTIDO COMÚN: Sentido común para valorar si nuestro pequeño está siendo protagonista de alguna situación, incómoda o peligrosa para él.
Ley de los 5 metros : El niño nunca debe estar a más de cinco metros de los padres sin la supervisión de un adulto.
Querría concluir este artículo rompiendo una lanza a favor de los padres, los cuales si bien responsables de la actitud de sus hijos, son definitivamente muuuuuy sufridos. Dice así : “Pocas cosas resultan más satisfactorias que ver a nuestros hijos criar hijos adolescentes”. ( Doug Larson)

por Cristina Hernández.-

2 comentarios:

  1. En el curso de estetica un pequeño de unos 12 años nos enseñó como hacer las trenzas... desde luego no se les puede subestimar por su edad

    ResponderEliminar
  2. Ese curso de estetica es uno de los cursos homologados de esta pagina?

    ResponderEliminar